Una crisis sobre otra
15/05/2020
15/05/2020
La pandemia del COVID-19 se ha venido a sumar a una gran epidemia de enfermedades crónicas. Me refiero a obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular, y cánceres; pero también artritis, trastornos gastrointestinales, insuficiencia renal, condiciones auto-inmunes, y enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer’s (1)
Estas condiciones han tomado auge alrededor del mundo según más gente adopta patrones de alimentación típicos de los países que llamamos “desarrollados”—quiere decir que comen menos plantas y mas carne animal, leche, queso, huevos, y productos fabricados con ingredientes muy refinados como harinas, azúcar, aceites, y sal (2)
Sobrevivir una infección como el coronavirus es un gran reto para muchas persona, especialmente aquellos que normalmente carecen de lo básico ó viven con una ó más enfermedades, pues corren peor riesgo de complicaciones. Hoy más que nunca nos debemos empezar a fortalecer para no ser presa fácil en esta y futuras epidemias.
La medicina moderna no es ducha en esto. Ella tiene como paradigma el identificar y tratar síntomas, se dedica muy poco a prevenir, a arrestar, y mucho menos a dar marcha atrás a enfermedades, aún cuando son claramente debidas a la mala alimentación. Es más, la medicina moderna ha facilitado el aceptar la diabetes, presión alta, cáncer, y un ataque al corazón como cosa normal.
El patrón de consumo animal y de productos altamente refinados favorece el desarrollo del 80% de enfermedades crónicas—las cuales tardan años en declararse. Este estilo de vida nos ha robado la memoria de lo que es vivir en un cuerpo saludable y bien alimentado (3)
El éxito que podamos tener en preservar o recobrar buena salud depende antes que nada de tener información correcta. Una vez armados de información basada en ciencia, no en opiniones infundadas, necesitamosun plan personal y por supuesto tomar acción—en ese orden. El paladar será avaro, pero somos su dueño no su lacayo—se le puede educar.
Antes de seguir adelante quiero plantear algo muy obvio—en la naturaleza cada animal come aquello que le permite a su especie alcanzar edad reproductiva fuerte y saludable para con suerte, continuar la especie. De ardillas y ratones hasta elefantes y leones, cada animal come lo que le dicta su organismo. Si cohabitamos con peces, pájaros, conejos, perros, ó gatos, no se nos ocurre alimentarlos con otra comida sino la apropiada para cada especie.
Por los siglos desde que somos gente, nuestra alimentación natural se ha basado en lo que nos da la tierra—es decir nos hemos alimentado de la enorme variedad de plantas que crecen a nuestro alrededor; suplementado cuando era posible con la caza de algún animal.
Cuando preferimos carnes, leche, queso, huevos, y comida de fábrica, abandonamos el alimento de nuestra especie y traicionamos nuestra naturaleza. Hay que ser ciego para no ver que nuestras sufridas consecuencias de salud son resultado de esta violación.
Como expone la periodista argentina Soledad Barruti en Mala Leche: El Supermercado Como Emboscada, a ciegas le hemos cedido nuestro planeta Tierra a las industrias que crían animales para consumo. Estas industrias cuentan con un sinnúmero de otras empresas que aseguran la venta exitosa de sus carnes, huevos, leche, y quesos—productos que no necesitamos, pero que gracias a la publicidad se han convertido en indispensables a ojos de la población, de representantes del gobierno, de educadores, y aún de profesionales de la salud.
Enfatizar el consumo de proteínas (algo muy común) sugiere falsamente que la carne es alimento esencial. Este mito ha favorecido a las industrias que crían animales para consumo. Vayamos a los hechos, nuestro cuerpo, como elcuerpo de todo animal, está compuesto de proteína—pero desde pequeños hasta llegar a adultos lo vamos fabricando poco a poco de lo que comemos. Lo que mas necesitamos es energía y mantener al cuerpo en buen estado de reparación—para lo cual necesitamos muy poca proteína diaria (4)
¿Cómo así? Ya sea vegetal ó animal toda proteína está compuesta de los mismos 21 amino ácidos. El animal deshace la proteína que come y re-combina los amino ácidos para fabricar su propia proteína. Dependiendo de la especie, estas largas cadenas eslabonadas resultan en millones de diferentes sustancias proteicas. Ellas forman nuestro cuerpo—cerebro, hígado, músculos, en fin todos los órganos—y aseguran las funciones bioquímicas vitales que ellos van a desempeñar.
PCHESTERFOOD05—-Phoenixville resident Angel Velasco,L, is given information on the Chester County FoodBank Fresh2You Mobile Market by Doctor Ana Negron,R, and mobile market manager Roberta Cosentino ,2nd from L, outside of The Clinic in Phoenixville on Wednesday May 3,2017. Photo by Mark C Psoras[/caption]
Igual que las 88 teclas de un piano pueden combinarse en un sinnúmero de melodías, los 21 aminoácidos se combinan para crear cuerpos tan diversos como un brócoli, un camote, un murciélago, un pulpo, o un ser humano. Debemos asegurarnos de tener suficiente comida, no en forma de una montaña de proteína, sino en gran diversidad de plantas nutritivas.
Diferente a las proteínas y las grasas del cuerpo que se reciclan constantemente, la energía una vez se gasta, no se puede usar otra vez. Precisamos una fuente de energía diaria—cuando somos niños para poder crecer cuerpo y cerebro; como seres humanos de cualquier edad para desempeñar las mil y una funciones físicas y biológicas de que somos capaces.
El combustible que queman nuestras células para generar esa energía viene cortesía de las plantas en forma de carbohidratos. La única fabrica y almacén de carbohidratos en el planeta es el reino vegetal—cosechamos almidón, fibra, y azúcares de sus raíces, hojas, frutos, granos, frijoles, semillas y nueces. Merece reconocer que para herbívoros, é indirectamente para todo ser viviente, las plantas son la única fuente no solo de carbohidratos, sino también de proteína y grasa. En fin, que sin plantas no hay vida en el planeta.
Llevo mas de quince años cocinando puras plantas con mis pacientes—porque es medicina preventiva, es tratamiento principal para muchas condiciones, y porque consumir mayormente plantas da marcha atrás a muchas enfermedades.
Juntos practicamos esa tarea sagrada que es alimentarnos—para vivir saludables; y en armonía con el planeta; para recobrar nuestra memoria colectiva.
Busco la manera de educar a la familia entera—cosa que no es fácil. Es un constante nadar contra la corriente de intereses creados. Es enfrentarnos a paladares que están habituados a comida excesivamente grasa, dulce, y salada. Es ir contrario a lo que los niños comen en la escuela. Aunque sé que el cambiar a mejores hábitos de alimentación es difícil, he visto que no es imposible—de modo que sigo adelante.
Además del precio psicológico que pagamos criando, engordando, y matando cientos de miles de seres sintientes todos los días y además del irreparable daño al medio ambiente que conlleva comer animales, estamos en presencia de la primera generación que vivirá menos años que sus padres y con mas enfermedades.
El curso que enseño avanza la alimentación basada en plantas, porque es el único patrón alimenticio asociado con mas años de vida sin incapacidades y el único que le puede dar marcha atrás a la causa número uno de muerte—enfermedad cardiovascular (4) Además, es el tipo de alimentación que nos puede acorazar durante una crisis como la del COVID-19. Este curso sirve como punto de partida en el comienzo de un nuevo patrón de vida. Lo divido en tres lecciones—aquí resumidas:
lección #1 – nuestros requisitos alimentarios
Requerimos el 70% de las calorías diarias en forma de carbohidratos para energía. Estos carbohidratos deben estar aún en la planta—por decir en la avena, el camote, los frijoles, el brócoli, la calabaza—no separados y refinados en forma de harina ó azúcar. La necesidad de proteína es alrededor del 10% de las calorías y el restante 20% lo recibimos como grasa aún en la planta, no en forma de aceite en botella. La única vitamina que no hacen ni las plantas ni los animales es la Vitamina B12. Ésta es producto de bacterias que si bien viven en nuestro intestino, producen la vitamina mas abajo de donde la podemos absorber. Por tanto debemos asegurarnos, no importa la dieta que llevemos, de tomarla como suplemento ( 5) Durante esta primera lección limpiamos la cabeza de mitos y otros conceptos falsos.
lección #2 – los órganos del cuerpo y la microbiota intestinal
Los grandes sistemas del cuerpo lo componen: corazón, pulmones, hígado, riñones, é intestinos. Enfatizamos el intestino donde habitan trillones de microorganismos—5 libras de bacterias, protozoa, y levaduras; le llamamos a esta población, nuestra microbiota intestinal ( 6). Además de ayudar a digerir nuestra comida, son la primera brigada con la cual cuenta nuestro sistema inmunológico para defendernos de infecciones y enfermedades inflamatorias.
+ La población de bacterias beneficiosas se alimenta de la fibra de las plantas que comemos; con el producto de su digestión ellas fertilizan y alimentan las 37 trillones de células de nuestro cuerpo. ¡El cerebro reclama 20% de esa alimentación!
– Las bacterias nocivas se alimentan de proteína animal, azúcar y harina refinada, y manteca; los productos tóxicos de su digestión inflaman y envenenan nuestro cuerpo.
lección #3 – el principio de la jornada
A través del curso preparamos comida típica, deliciosa, nutritiva, fácil de elaborar, y de bajo costo. Usamos exclusivamente plantas con algunos condimentos favorecidos y otros nuevos. Concluimos el curso con lo mas difícil—poner lo aprendido en acción con un plan sostenible. En realidad esta tercera lección marca el principio de la jornada.
Se aprende sólo cometiendo errores. Aún cuando tu motivación sea noble é incluya proteger el medio ambiente, abolir la explotación de animales, ó aliviar el hambre de tanta gente que vive en extrema pobreza—el camino será arduo. La clave es seguir adelante. No creas a quien dice que esta transición es fácil—al principio es muy difícil.
Si cuentas con los medios, la fórmula es simple: comer gran cantidad de plantas de muchos colores todos los días—sin preocuparnos de medir porciones.
Agrupamos el reino vegetal arbitrariamente en 4 grupos alimentarios: Frutas (moras, mango, piña, manzana, naranjas…), Granos (avena, arroz, trigo, maíz…) Leguminosas (habichuelas, guisantes, lentejas…), y Vegetales (col, brócoli, camote, tomate, calabaza, setas…) Ojo con nueces, semillas, aguacate, maní, y aceitunas, pues tienen alto contenido de grasa y se deben consumir en moderación. Considéralas oro, que debemos usar sabiamente y no desperdiciar (7)
Hoy día estamos observando las leyes de distanciamiento debido a la pandemia, así que llevamos el curso a la gente por las redes electrónicas. A pesar de que la discusión de ideas en grupo es valiosa, el poder despertar todos los sentidos es ideal—así que voy a echar de menos el picar, mezclar, oler, probar la comida. ¿Cómo convencer virtualmente al paladar?
Mientras mas personas en tu círculo familiar, de trabajo, y de amistades compartan la misma visión, menos obstáculos tendrás que saltar. No todos maduramos a la misma vez…
Debatir cómo se crían ó cómo se matan los animales asume que tenemos derecho a usar seres sintientes para nuestro deleite. Aclara en tu mente ¿por qué te alimentas de plantas y no de animales?, así podrás exponer tus puntos con razón y calma.
REALIDAD—le hemos soltado las riendas de cómo alimentarnos al mejor postor. En el proceso, se nos ha casi borrado la memoria colectiva de esa tarea sagrada que es alimentarnos excelentemente en harmonía con el resto del planeta.
POSIBILIDAD—hoy se están uniendo, o mas bien se están agolpando, todas las razones que apoyan el comer sostenible y con compasión hacia nosotros, el planeta, y el resto de los animales que lo habitan…
Por la salud, por el medio ambiente, por los otros animales, por la humanidad. En fin que cuando me preguntan por qué yo soy vegana, contesto como dice una de mis estudiantes POR TODAS LAS RAZONES.
Buen provecho y que en salud se nos convierta.
Referencias:
Por:
Ana M. Negrón Gelabert, MD doctora en medicina de familia y nutrición; autora de Nourishing the Body and Recovering Health: The Positive Science of Food publicado por SunStone Press.
Miembro del Comité de médicos para una medicina responsable.