¿Los perros de soporte emocional podrían ayudar frente al COVID?
27/03/2020
27/03/2020
Por:
Nuria Máximo Bocanegra
Directora Cátedra Animales y Sociedad
“Perros de terapia ayudan a animar a los sanitarios extenuados por el coronavirus”: es un programa desarrollado en Denver, Estados Unidos La noticia publicada por “El confidencial” el 26/03/2020 llega cuando en España nos dicen que el pico de la curva no ha llegado y los hospitales españoles están al borde del colapso o en el límite de su capacidad. Con diferentes estrategias y decisiones políticas a nivel internacional, respecto a las medidas a adoptar para frenar la pandemia, no parece que la terapia con perros sea una vía “estratégica”, ni siquiera necesaria o viable en nuestro contexto.
Desde este punto de partida y con el ánimo de reflexionar sobre la situación sanitaria actual, en pleno Estado de Alarma , lanzamos la pregunta sobre la viabilidad de este tipo de programas en el sistema sanitario español. Sin intención de implementarlo, nos proponemos un ejercicio de análisis de necesidades. Todos están de acuerdo en que sería una fuente de paz más que necesaria, todos están de acuerdo en que la situación actual es extenuante y carente de recursos materiales y humanos, y por lo tanto inviable el desarrollo de este tipo de terapias, ahora y en el escenario actual, no es el momento. Así pues, será necesario plantearnos el futuro, con nuevas necesidades para profesionales que han trabajado en la lucha contra la pandemia y los supervivientes a la misma. Un nuevo escenario que debe replantear las intervenciones asistidas con animales.
Lanzamos esta pregunta a profesionales de la salud con y sin relación con las terapias con animales, a periodistas y técnicos en emergencias y también a una abogada una científica y una antrozoologa, estas son las respuestas que hemos obtenido. Nuestra intención no es añadir polémica o complicar la situación actual, si no más bien hacer un acto de reflexión sobre cómo podríamos, si es que es posible, aportar nuestro grano de arena en este momento tan crítico por el que pasa la humanidad y concretamente nuestro país.
Los especialistas en salud hablan del entorno de caos y sufrimiento que sufren estos días. Y de lo positivo que sería tener un apoyo emocional, a la vez, reseñan las enormes dificultades que esto conllevaría:
María Jimeno (enfermera):
Es complicado explicar en un párrafo lo que estamos viviendo estos días. Y lo hablo desde una cuarentena que me ha tocado vivir junto con los dos hijos porque no han sabido protegernos, sin saber si he tenido el bicho o no y con la inseguridad de lo que pueda venir cuando me incorpore… aunque se que es lo que me va a llevar esa incorporación, es el tener que separarme de mis pequeños puesto que se tienen que quedar con sus abuelos y ellos son grupo de riesgo.
Y claro que me planteo como va a ser esa soledad, en el que el único contacto que voy a tener con la realidad va a ser la rodeada de desgracias, de sufrimiento…. por eso pienso en lo positivo que sería tener a mi perra que tanta calma me producía al llegar a casa, porque sabes que no les puedes contagiar y por ello te sientes segura, te devuelven Paz, La Paz que no puedes tener al encontrarte con otra persona por el miedo a que puedas contagiarle… es difícil explicarlo.
En un hipotético escenario, que se pudieran llevar perros de terapia para rebajar la angustia del personal, creo que sería muy útil puesto que muchos de nosotros nos vemos abocados a una soledad impuesta para no contagiar a nuestras familias.
Eduardo López (Médico Especialista en UCIP):
Me parecería una propuesta muy bonita y probablemente con muchos beneficios para los profesionales. No sólo en esta crisis si no en el día a día general. Ahora mismo y con la crisis del COVID sí es inviable, por normativa. No nos permiten meter nada “a parte” del hospital. Se ha suspendido todo: Musicoterapia, payasos, voluntarios…
Los periodistas nos cuentan cada día, cada minuto, si cabe, lo que está sucediendo, a veces con un detalle que no queremos oír. Pero ellos son los encargados de retratar la realidad con sus palabras o con imágenes. Esto es lo que nos dijeron:
Melisa Tuya (periodista):
No sé las circunstancias en las que está ese hospital estadounidense, pero me cuesta imaginar que fuera posible en las circunstancias en las que están muchos hospitales en España hoy día. Los que más están luchando contra el coronavirus, tienen un escenario de guerra, apenas paran para no tener que malgastar el material que les mantiene aislado, apenas pueden informar a las familias… estamos de sobra informados de las condiciones en las que están trabajando. No me parece en estos momentos posible, en gran medida porque los protocolos que son necesarios para que los perros accedan al entorno hospitalario difícilmente se iban a poder asumir. Tal vez si la presencia de los perros en los hospitales estuviera más madura, sería mas sencillo. Pero en el punto tan incipiente en el que está en España lo veo ciencia ficción.
Jorge París (Fotógrafo, ex TEM):
En la situación actual, es imposible meter a ningún animal ni procedimiento para ello. Me gustaría que cualquier opción para humanizar las UCIS se diese, pero creo que ahora la prioridad es dotar del material técnico y sanitario a los profesionales de la sanidad para revertir la pandemia. Después de todo esto… no me parece mal implementar medidas que puedan ayudar a humanizar la hospitalización de enfermos, como puedan ser las teleconferencias, animales de compañía y demás.
Lo veo como una opción fantástica. Fui sanitario en extrahospitalaria durante casi 18 años. El nivel de presión a nivel psicológico de los profesionales sanitarios es inmenso. Están al limite. Y tendrá sus consecuencias (ansiedad, insomnio, medicaciones y bajas postraumáticas).
Cualquier elemento que ayude a mitigar ese dolor, siempre será bueno. Yo estuve como sanitario el 11m y también en Spanair. El daño psicólogo fue durísimo. Y hablamos de catástrofes que duraron horas. Esto es una pandemia. Una carrera a largo plazo. Donde por presión ni siquiera te relacionas con los tuyos por ser personal de riesgo. Ni yo lo hago como fotógrafo con mi mujer ni mis hijos. Imagino a un sanitario. Casi todos mis amigos son sanitarios. Cualquier opción para mitigar ese dolor, como el que me indicas de los perros, será buena. Cuando el sistema pueda asumir el control de esta pandemia.
Foto cedida por: Jorge París
Hemos recabado también la opinión de un experto en elaborar protocolos para situaciones de emergencias, al fin y al cabo, esta lo es, para que analice la noticia y su hipotético traslado a la situación actual, además es adiestrador canino por lo que también pude analizarlo desde ese punto:
Juan Luis de Castellví (Técnico en Emergencias Sanitarias): La utilidad de la intervención es maravillosa.Pero tal y como aparece en el artículo, conlleva un alto riesgo para los guías, y los profesionales sanitarios con los que interactúa y además somete al animal a una situación de estrés muy importantesobre todo tal y como están regiones como Madrid o Cataluña. Además, convertiría en un fómite a los perros si el personal no está “perfectamente limpio”. Es un riesgo inaceptable, habría que bañar al perro después de cada sesión, o incluso entre un sanitario y otro para evitar la transmisión del virus.
Es una situación inédita, en nuestro país, que probablemente necesitaría un permiso de cada Consejería o quizás el propio Ministerio de Sanidad, que debería dar un permiso especial. Como procedimiento, lo más sensato sería hacerlo en un espacio externo, que el perro y su guía no entraran al hospital. Deberían utilizar una carpa o similar en un espacio externo al centro sanitario y, por su puesto, a la zona de urgencias para que los profesionales sanitarios al finalizar su turno y ya limpios pudieran interactuar con estos perros.
Desde un punto de vista científico analizando la noticia de un modo objetivo, preguntamos a Mª José Rodríguez, que a bote pronto hizo un análisis concluyendo lo si, un par de hechos objetivos:
Desde un punto de vista logístico:
Tendría que haber uno o varios cuidadores que deberían tener mucho cuidado o haber pasado ya el virus, y que gestionaran la interacción con los sanitarios y un espacio para que los perros pudieran estar tranquilos y relajados en sus horas de descanso. Ambas cosas son ahora complicadas de obtener
Uno de los representantes más relevantes del sector de las Intervenciones Asistidas con Animales en España, es David Ordoñez. Nos hizo un interesante y completo análisis del problema en cuestión:
Es una opción interesante y viable desde el punto de vista científico puesto que ya sabemos que existe mucha evidencia que nos indica cómo el contacto con un perro puede ayudar a rebajar los niveles de cortisol (hormona responsable del estrés), favorece la segregación de oxitocina (la llamada hormona de la felicidad), además de rebajar la presión sanguínea y la tasa cardíaca en situaciones de estrés.
No obstante, hay dos cuestiones que deben hacernos reflexionar sobre la viabilidad o no en nuestro país. Una tiene que ver con la larga tradición que hay en los Estados Unidos de las brigadas de apoyo psicológico/social en catástrofes. Lo vimos con el 11S, el Katrina, los tiroteos en escuelas, etc. lugares en los que, además, es frecuente encontrar la presencia de perros de apoyo emocional encargados justamente de realizar esta tarea. Esto, unido a la también larga tradición de los programas “pet visitor” en hospitales estadounidenses hacen que esa noticia no sorprenda en ese contexto, pero nos hace pensar que en otros países donde este trabajo de apoyo psicológico/social con perros en catástrofes está menos extendido o, sencillamente, no existe; añade dificultad a su desarrollo. Por otra parte, hay que contar con el aspecto zoonótico. Está demostrado que los perros no son transmisores de la enfermedad a los humanos, pero ¿podrían los perros sufrir alguna enfermedad derivada de ese contacto o transmitir la enfermedad (no por ellos) si no por restos biológicos que quedasen en su pelo, por ejemplo? Yo no sabría contestar esta pregunta, pero sería algo que me plantearía seriamente antes de poner en marcha un programa de este tipo.
En cualquier caso, que no se haya hecho nunca, no es óbice para que no se realice. ¿Alguien había entrado en UCI pediátrica con perros hasta hace poco? y mira…También habría que ver medidas de seguridad para los guías. Y habiendo escasez, no sé yo si esto sería muy viable
La Dra. Paula Calvo es antrozoologa y nos aporta una visión muy interesante sobre el tema.
Veo muy remota, aunque no inviable, la posibilidad de que se permita la presencia de perros de terapia en los centros sanitarios en España, para ofrecer soporte psicológico al personal extenuado por la crisis del Covid19. A nivel sociológico, tenemos como puntos a favor que en la última década los perros de terapia han ido apareciendo en hospitales y centros de salud. Por tanto, en esos centros, ya conscientes de lo que aporta la interacción con los perros, esto sería más factible. De todas formas, estamos hablando de unos pocos centros y, en general, en España no está tan extendida ni aceptada la presencia de perros en entornos de salud como puede ser en EEUU. Además, por otro lado, actualmente existe una falta de regulación del ámbito de los perros de terapia, con lo cual esto supondría otro obstáculo. Y otro punto a considerar es que ya se ha tenido que tranquilizar repetidamente a la población ante la alarma inicial de que los animales de compañía pudieran contagiar el COvid19, insistiendo en que la Organización Mundial de la Salud confirmaba que no existían evidencias de contagio desde nuestros perros o gatos. Y, en consecuencia, no creo que fuera tan fácil superar justo en este momento ésta y otras reticencias en cuanto a posibles infecciones provenientes de los perros, aunque está demostrado que los perros de terapia, que siguen estrictos controles sanitarios, no han provocado incidentes de contagios de enfermedades.
Por otro lado, y ya desde el punto de vista del bienestar animal, en caso de que se abrieran las posibilidades de la presencia de perros de terapia para apoyar a los sanitarios en el momento de crisis actual, convendría asegurarse bien que estos perros estuvieran supervisados correctamente, evitando su explotación y el estrés por el entorno tan caótico al que iban a acudir. Hemos de tener en cuenta que ya hemos podido observar la “picaresca” de algunos propietarios de perros, explotando a sus animales al alquilarlos para que otra gente pudiera saltarse el confinamiento con la excusa de pasearlos. Y esto me hace temer que la situación se podría repetir ante la licencia de llevar perros a “ayudar” a los sanitarios, a menos que se dispusiera de un serio dispositivo de seguimiento de los perros implicados.
En conclusión, creo que es posible que perros de terapia pudieran acudir a dar apoyo psicológico a nuestros sanitarios, y, sobretodo, creo que serían muy útiles, pero es muy complicado, puesto que se deberían de superar muchos impedimentos para que se llevara a cabo de una forma rigurosa y con total aceptación social. Quizá esto haga pensar en la necesidad que existe de regular el sector de los animales de terapia, para poder responder rápidamente a situaciones así. Se podrían “explotar” a los perros – consideraciones de bienestar. Conclusión: No estamos preparados
Pero también nos preguntamos sobre si ¿sería posible desde un punto de vista legal? Mercedes Ortolá, abogada y máster en derechos humanos y derecho animal, nos afirma que hay un vacío legal en el tema de las intervenciones asistidas con animales, es muy interesante también, su propuesta:
En la situación actual no cabe duda que, cualquier vía de escape, aunque sean minutos, viene bien a cualquiera, que ante estas circunstancias, tiene que estar “al pie del cañón” como el que más. Nos referimos sobre todo a los sanitarios y a quienes están dejándose la piel y todo el esfuerzo, haciendo incluso más horas en los hospitales, y con un tiempo muy limitado para el descanso. Ante la pregunta si esto se podría implantar en nuestro país, mi respuesta sin duda es un “SI” rotundo.
Pero los perros, sobre todo, son más dados a hacer terapia con determinadas patologías, pero sin duda, el de la simple compañía, la de tener por unos momentos a tu perro o el de otro, junto a tí, acariciarlo y abrazarlo, nos crea una sensación de paz tremenda, que no quisiéramos separarnos de ellos. Pero es evidente el vacío legal sobre las intervenciones asistidas con animales en los hospitales. España debería ponerse las pilas y empezar a contemplar esta posibilidad. Si un perro de terapia cuando visitan los geriátricos, hospitales infantiles, o para cualquier otra circunstancia, y los especialistas coinciden de los muchos beneficios que ellos aportan en todos estos casos, ¿por qué no se debería hacer lo propio en otro tipo de situaciones? El Estado debe establecer el marco mediante una norma que se aplique a nivel nacional. y que la aplicación fuera exactamente la misma en este tipo de situaciones.
Por lo tanto y a modo de conclusión, podemos afirmar que de un modo hipotético los perros (junto a guías experimentados en este tipo de situaciones) podrían aportar un más que necesario soporte emocional, que su implementación debería sistematizar el necesario control de la transmisión vírica entre potenciales participantes, los guías caninos y el propio animal, que sin sufrir la enfermedad se podría comportar como un transmisor, sin las medidas de seguridad. Por último, dada la situación actual de desbordamiento del sistema y de la carencia de medios materiales y personales no sería viable. Quizás deberíamos desarrollar protocolos de emergencias para que pudiéramos estar preparados ante estas situaciones e incluso, por que no, apoyar con equipos de soporte emocional para los profesionales implicados sean de la salud o de la seguridad o cualquier otro.
No olvidemos que habrá un futuro que no nos debería pillar por sorpresa, y tal y como nos ha recomendado Sandra Marín, “habrá una gran necesidad de psicólogos para apoyar los trastornos de agorafobia futuros para los confinados. Y para el tratamiento del Trastorno de Estrés Postraumático para los sanitarios”. En ese momento, les decimos que, pueden contar con nosotros.
Colaboradores para la redacción del presente artículo:
Dra. Paula Calvo: antrozoóloga y etóloga, directora de www.antrozoologia.com