¿Y si aprendemos a valorar a los gatos urbanos?
Con una adecuada gestión, las colonias felinas son fuente de salud pública y proyectos de convivencia
12/02/2021
Con una adecuada gestión, las colonias felinas son fuente de salud pública y proyectos de convivencia
12/02/2021
¡Qué poca memoria tenemos los que caminamos sobre dos piernas! Desde los primeros asentamientos, los seres humanos nos hemos visto beneficiados por la presencia de colonias felinas. Si humanos y gatos decidieron convivir fue por los beneficios mutuos reportados. El gato protegía las cosechas y las despensas de los humanos de la acción de otros animales y, a cambio, en estas zonas podían encontrar alimento en abundancia. Los problemas vienen con los cambios experimentados en el siglo XX.
El gato urbano actual depende de los recursos que le pueda proporcionar la ciudad para su subsistencia, lo que muchas veces le obliga a malvivir en nuestras calles. Es por eso que se le empieza a concebir como origen de problemas cuando, bien al contrario, es fuente de salud y mejora la convivencia de unas ciudades muy necesitadas de ambas cosas. Seamos conscientes —y concienciemos a quién no lo vea así— que los gatos urbanos nos son el problema, y que el verdadero problema lo tendríamos con la desaparición de estos animales de nuestras calles.
Parecemos empeñados en no valorar los muchos beneficios que nos aporta la convivencia con los gatos urbanos, como para pedir que su sola vida sea motivo suficiente para cuidar de ellos. Afortunadamente, no es así en otros lugares.Los gatos del Museo de Patrimonio Nacional y Palacio de Invierno de San Petersburgo, más conocido como Hermitage, a los que se encomienda la labor de mantener libres de roedores y custodiar las instalaciones de la gran pinacoteca, son célebres, y desde hace un tiempo, más ricos. Un mecenas francés ha legado un tercio de su herencia a su manutención, un gesto que ha sido agradecido por la dirección del museo, que ya procura el cuidado de su famoso ‘escuadrón felino’, compuesto por más de 70 gatos a los que se ve paseando por los patios o tomando el sol en cualquiera de sus edificios. Incluso tienen su propia página web http://hermitagecats.ru/
@yury_molodkovets
Imagen Diego Tovar
Esta situación contrasta vivamente con la que conocimos a finales del mes agosto, cuando supimos que la dirección del Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia negaba la entrada a las cuidadoras y cuidadores de colonias felinas para atender a los gatos con problemas de desnutrición y enfermedades que viven entre columnas, pilastras y otras ruinas depositadas en el patio del San Pío. Uno de ellos, en la imagen inferior.
El ayuntamiento de Estambul, por su parte, cuenta con un presupuesto para el mantenimiento de albergues e instalaciones donde los gatos callejeros pueden pasar la noche y alimentarse. Con esta base se puede entender mejor una escena que se pudo presenciar en la sala de urgencias del hospital de Kukecekmece de la ciudad, donde una gata llevó a su cría enferma y los médicos se apresuraron a ayudarlas.