Es la deforestación, amigos
La destrucción de bosques y selvas se encuentra detrás del 70% de los últimos brotes epidémicos, según la OMS
21/05/2021
21/05/2021
La célebre frase que exportó la cultura política estadounidense (“es la economía, estúpidos”) y que usamos para destacar los asuntos que desatendemos pese a ser cruciales, nos sirve hoy para hablar de la importancia de las selvas y los bosques. Y no solo para los animales que los habitan, sino también para la mismísima salud de los humanos que cómodamente residimos en alguna de las muchas ciudades de este planeta.
Hay quien pondría una frase como “la deforestación es una forma de tumbar la barrera ambiental entre especies que nos protege de forma natural” en boca de un activista/ecologista. Corresponde a la médica española María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien sostenía en una entrevista en el diario El País a principios de año que la pandemia de coronavirus evidencia la correlación entre la expansión de los virus y la presión sobre el medio ambiente.
[Diario EL PAÍS, 6 de febrero de 2021]
La directiva de la OMS explicaba entonces que la deforestación intensa tiene efectos devastadores porque el hombre entra en contacto con animales con los que no lo había hecho antes, a lo que se suma que la sustitución de forestas tropicales por cultivos con abonos y pesticidas desconocidos para ese ecosistema altera el tipo de vectores que pueden transmitir los virus.
Y no es una mera hipótesis con la que trabaje la ciencia. Las prácticas de la deforestación están en el origen del salto del virus del ébola a los humanos, y también del sida y el SARS. Hasta el 70% de los últimos brotes epidémicos conocidos tiene su origen, según María Neira, en la deforestación por lo que supone de ruptura violenta de los ecosistemas.